El piloto del Repsol Rally Team hace balance de su situación actual en un vídeo en el que habla desde el corazón, después de haber logrado su mejor resultado internacional.
El de Oliana está cada vez más cerca de su sueño de volver a estar entre los mejores.
“Cuando tú te comprometes con algo, cuando tú quieres hacer algo, y te rodeas de gente que tiene que aportar lo que tú necesitas, hay un momento en que la discapacidad no existe”.
Una semana después de conseguir su mejor resultado mundialista en coches, Isidre Esteve hace balance del momento actual que está viviendo. En la última edición de la Baja Aragón, disputada hace unos días en Teruel, el piloto del Repsol Rally Team fue 16º absoluto y tercero de su categoría (T1.2, vehículos todo terreno modificados diesel), una clasificación que lo acerca a su gran objetivo: volver a competir de igual a igual con los mejores, como cuando luchaba en motos por los puestos de privilegio en el Rally Dakar.
Para Isidre todavía queda camino que recorrer, pero cada vez está más cerca de su sueño. Para llegar hasta aquí, el de Oliana ha tenido que superar numerosos obstáculos a lo largo de los últimos años. El principal: dejar atrás las úlceras por presión que le afectaron en el Dakar 2009. La Baja Aragón de 2012 fue el punto de inflexión que le permitió volver a sentirse piloto.
“Han sido unos años que hemos avanzado muchísimo y ahora hemos llegado al objetivo de ser competitivos. Ya no pensamos si el Cojín Inteligente funciona o no, porque damos por supuesto que funciona, y bien, después de los últimos dos Dakares. Ahora sólo debemos pensar en qué debemos mejorar para llegar arriba del todo”, afirma un Isidre que confía ciegamente en sus posibilidades.
“Yo creo que la discapacidad, con la ayuda tecnológica que tenemos hoy en día, no tiene que ser ningún problema para competir en igualdad de condiciones. Aunque tú digas: ‘este chico no puede utilizar la mitad de su cuerpo. No puede utilizar las piernas’. Bien, pero la tecnología nos ayuda. Gracias a la tecnología podemos hacerlo. Y creo que se pueden igualar esas diferencias. Yo pienso que querer es poder”, sigue.
“Cuando tú visualizas dónde quieres llegar, es más fácil hacerlo. ¡Naturalmente que hay problemas! Pero estoy seguro que todo el mundo los tiene. Cuando tú te comprometes con algo, cuando tú quieres hacer algo, y te rodeas de gente que tiene que aportar lo que tú necesitas, hay un momento en que esa diferencia no existe. Yo les digo a la gente que me rodea: ‘Quiero llegar allí. ¿Me ayudáis?’ Y ellos me dicen: ‘¿Qué quieres? ¿Esto? ¡Vamos!’ ¡Y arrastramos todo! Y esa es la fuerza, no la mía. La fuerza es toda la gente de este equipo que quiere llegar allí, como quiero hacerlo yo. Cuando pienso en cómo debemos llegar arriba, digo: ‘Bien. Danos el coche. Danos el equipo. Danos la posibilidad de hacer kilómetros y vamos a llegar’. No tengo absolutamente ninguna duda”, concluye.