McLaren ha terminado la semana con una alegría. Fernando Alonso ha bajado al 1:17, y además parece que el amargo sabor de los problemasse ha diluido un poco. Éric Boullier ha tenido que afrontar una dura rueda de prensa, y lo mejor que ha podido hacer es ir de cara. Transparencia cero tras una dura semana.
“Hemos tenido un problema de turbo, y tiene que ver con el problema del pasado martes. Estamos investigando las causas, y hemos cambiado la unidad de potencia, es la forma más rápida de devolver a pista el coche”, ha explicado el francés.
De entre todos los problemas, uno de los que ha destacado por la torpeza del mismo ha sido una parada en boxes. Los mecánicos no atinaron en ese ensayo -por suerte era ensayo- y los medios de comunicación lo han sacado a coalición. Boullier desvía la atención y se centra en el plano general: los problemas no son de Renault, son de McLaren y su ambición.
“Hicimos ocho paradas en boxes ayer, y sólo os fijáis en la que sale mal. Hay que ver cómo ser competitivo, y para ello hay que ser ambiciosos. Diseño ambicioso en el coche, y hasta ahora hemos tenido problemas menores, pero eso ha sido por ser ambiciosos con el diseño, que es distinto al resto de equipos Renault», ha afirmado el jefe de equipo.
Esos problemas han derivado en sobrecalentamiento y rotura de elementos, como el turbo mencionado al inicio. Boullier quita hierro al asunto, aunque admite cierta culpabilidad. Eso sí, no se queda con la parte negativa y Australia aparece en el horizonte.
“No, no estamos convencidos de estar al nivel necesario de fiabilidad, pues no hemos rodado tanto como hubiésemos querido. El diseño ambicioso ha provocado que fuésemos entendiendo poco a poco el trabajo del coche, como la refrigeración. Los problemas son por no hacer una buena preparación del coche, pero esos son realmente nuestros problemas. Pronto volveremos a la normalidad”, ha explicado.
Esos problemas de fiabilidad han lastrado la evolución del McLaren y el entendimiento del status del equipo en la parrilla. Obviamente, Boullier señala al trío de Mercedes, Ferrari y Red Bull como favoritos. Son los más estables y más temidos tras sus tandas largas y vueltas rápidas.
“Estamos intentando comprender en qué lugar estamos. Es más complejo de lo que parece, y creo que delante la pelea estará entre Mercedes, Ferrari y Red Bull. Nosotros, para Australia, no tenemos los kilómetros necesarios para saber dónde estaremos”, ha añadido.
Para finalizar los test con una sonrisa, Fernando Alonso ha bromeado con todos los presentes. Tras un inicio de vuelta rápida poco decente, el español ha optado por usar la variante antigua del tercer sector y ha causado más de un susto al marcar un 1:16.720. Minutos después, ante decepción generalizada y esperada, su tiempo se ha anulado.
Para Boullier, hay síntomas de esa alegría y felicidad en Alonso. El más claro, la implicación del asturiano en el proyecto tras tres años complicadísimos con Honda. Pese a no estar 100% contento, Alonso sigue con mucha cuerda por delante.
“Fernando está contento con el coche. El equilibrio del mismo le acaba gustando. Es un competidor, quiere ser el mejor y siempre quiere más. Nunca estará 100% contento, y él está de otra guisa este año. Se involucra mucho más con el equipo”, ha reseñado Boullier.
El pasado, pasado es. Honda es un capítulo cerrado para McLaren. Pese a los problemas, pequeños flashes de velocidad y evolución han brillado en el Circuit de Barcelona-Catalunya. Como dice Boullier: «Este año es un nuevo capítulo, y queremos ser McLaren a secas”.
FOTO | Jordi Gimeno