En 2009, el brasileño Rubens Barrichello, conforma junto a Jenson Button, la dupla que le dio el Campeonato Mundial de Constructores a la escudería debutante, Brawn GP, equipo que emergió de las cenizas luego del abandono del conjunto de Honda un año antes.
Desde aquí haré el intento en este artículo, de que ustedes sean capaces de poder sentir lo que se vivió durante ese fin de semana en el Autodromo Nazionale di Monza, siendo breve, fue algo sumamente impresionante.
Era la primera vez, en que lograba presenciar una carrera de Fórmula 1. Ferrari para ese año no conseguía tener un buen rendimiento en su F60 por varios motivos; añadir también que aquel año se introdujo la novedad del KERS, y los coches iban poco a poco moldeándose a características híbridas.
En esa temporada contó igualmente con el comienzo de la superioridad de Red Bull y de los hombres de Ross Brawn, siendo su única temporada en la F1, lo que les bastó con irse con todos los títulos, de pilotos con Button y de Constructores con el propulsor Mercedes. Un año luego, el equipo adquiría los colores y el nombre de Mercedes, que significaron la vuelta de las flechas de plata luego de 1955.
La genialidad de aquel BGP 001, donde aprovecharon una de las zonas grises e innovaron con el doble difusor, nos dejó a todos lo que fuimos capaces de verlo, sin palabras.
Este equipo llegaría tarde a la pretemporada pero que desde el GP de Australia, demostraron que iban muy en serio. A mitad de temporada el alemán Sebastian Vettel; quien se estrenó en lo más alto del podio, bajo una lluvia torrencial en el circuito transalpino la temporada anterior, lograría poner en aprietos al británico Jenson Button, piloto que desde el GP Turquía no vencería en ninguna otra cita del calendario ese año.
No solamente el 13 de septiembre fue alucinante, desde el día 9 las cosas no dejaban de impresionarme. Si nos vamos unos meses más atrás, a finales del mes de julio, durante unas vacaciones familiares que hicimos en Capri, por coincidencia, nos encontramos a un tal Luca Cordero di Montezemolo, quien también tomaría como nosotros el barco que parte desde el puerto de Napoli y que deja a los visitantes en esta isla italiana.
Durante aquel noveno día del noveno mes del año, mes habitual del GP italiano, nos encontrábamos en Maranello y más allá de estar un bastante sorprendido por la cantidad de coches rojos del Cavallino, a lo lejos se escuchaba un ruido que era primera vez mis sentidos asimilaban, resultó ser Giancarlo Fisichella, quien giraba en la pista de Fiorano, para remplazar a Luca Badoer, reemplazo de Felipe Massa para el GP de Bélgica, luego de que el brasileño sufriera un fuerte y extraño accidente durante el GP de Hungría, debido a que el coche de su coterráneo, Barrichello, soltara una de las piezas de la suspensión, siendo el casco del piloto de Ferrari, el lugar donde impactaría este componente. Fue justamente aquel GP belga la única victoria de los italianos aquella temporada.
Desde ese momento la cosa prometía y mucho, si el sonido de un solo V8 te deja atónito, imagínate lo que serían 20 al unísono. Fue incluso más extraordinario aún cuando los escuchas por primera vez, es adictivo, es un sonido que a ciencia cierta no se puede explicar.
La pasión que se vive en Italia por este deporte no tiene ningún tipo de comparación. Hasta el penúltimo giro del certamen ninguna de las plazas del podio era ocupado por alguno de los hombres de rojo, cosa que nos desilusionaba un poco ya que estando en Monza, terminar el fin de semana presenciando un podio de la Scuderia, hubiese sido la gota que se derramaría el vaso, y así fue, Lewis Hamilton, en su intento de alcanzar a Jenson por la segunda posición, perdió el control de su McLaren en la primera de Lesmo, impacto que lo dejó inmediatamente fuera de contienda, hecho que aprovechó Kimi Raikkonen para heredar esa posición, de aquí el estruendo del público fue estrepitoso, tanto así que opacó a los monoplazas.
El podio al final fue ocupado por Barrichello, siendo esta su última victoria en la F1, Jenson Button conservó el segundo escalón y Kimi por fortuna de los ahí presentes, se encontró con la tercera posición.
2009 fue sin duda un año interesante.