Con los test de pretemporada a la vuelta de la esquina, Sainz aprovechó para cumplir uno de sus sueños como piloto. Participar en una prueba del Mundial de Rallys.
Lo hizo gracias a la oportunidad que su escudería le ha brindado. Renault le ha prestado un Mégane RS VIP para que Sainz pudiese sentirse piloto de Rallys por un día. No sólo eso, sino que ha participado en dos tramos de una de las pruebas más míticas del WRC, el de Montecarlo.
Mítico por sus paisajes, sus etapas de lluvia, nieve, hielo y sol. Las situaciones climáticas cambiantes, ponen a prueba a los pilotos. Sainz experimentó el terreno donde en su día su padre triunfó. Formó parte de la caravana de coches oficiales VIP que van detrás del coche cero que comprueba los tramos antes de que los pilotos salgan a rodar.
Su Mégane equipado con neumáticos de invierno con clavos y con una potencia de 300 caballos en su versión Trophy le brindó varios estilos de conducción como bien pudo explicar el piloto español: “El coche era realmente bueno. Tenía diferentes modos de conducción y los he estado probando para sentirme cómodo del todo. Tenías el modo Race, el modo Sport y un poco de control de tracción que podías ajustar. La dirección es muy precisa y la suspensión es rígida para las secciones más reviradas, así que realmente me he divertido mucho”, decía el piloto de F1.
Sainz tuvo de copiloto a Rodrigo Sanjuán que en su día a día trabaja con Alberto Monarri en el Campeonato de España de Rallys de asfalto: “Siempre había querido hacer un rally con copiloto, notas de tramo y a buen ritmo, me ha encantado. He esperado toda mi vida para hacer esto, y ha sido una experiencia asombrosa», recalcaba Sainz.
El piloto de Renault ya avisó en la previa de este evento que su objetivo es correr en Rallys en el futuro, al igual que participar en algún Dakar. Lejos de estos objetivos, y con una larga carrera en la F1 por delante, Sainz afronta su primera temporada completa con la escudería del rombo, donde espera ser competitivo y cosechar grandes resultados.