El tiempo pasa rápido y si no que se lo digan a Carlos Sainz. Hace nada aún defendía su honor en el WRC y actualmente se encuentra con un hijo en la Fórmula 1 y él dejándose la piel para desarrollar un futuro proyecto francés en el Dakar. No obstante, el madrileño hará hoy una mirada atrás para recordar el momento que le llevó a la gloria por primera vez; hoy se cumplen 25 años del Rally de San Remo donde obtuvo el primer Mundial de Rallyes.
CPues si, tardó poco Carlos Sainz en demostrar su gran talento al volante de un coche. El piloto madrileño debutó en el Rally de Portugal de 1987 junto a un equipo privado con el que no pudo hacer nada. El año siguiente, aún como privado, se pasó a Ford, para dar en 1989 el paso definitivo a Toyota, donde le esperaría el éxito en su segundo año con la marca japonesa.
Sainz empezó la temporada de 1990 de forma un poco discreta. En Montecarlo tuvo su primer duelo directo con el francés Didier Auriol -que fue su gran contrincante ese año- y perdió la primera batalla. Tras ese rally se fueron directamente a Portugal tras cancelarse la prueba de Suecia por falta de nieve. En tierras portuguesas Sainz abandonó, siguiendo una mala racha en Safari y Córcega, donde volvió a ceder puntos con el francés de Lancia.
Pero todo cambiaría e iría a mejor a partir del Rally Acrópolis en Grecia, donde obtuvo la primera victoria mundialista de su trayectoria deportiva. Una gran primera victoria que junto a un nuevo abandono de Auriol daba esperanzas a una afición española que cada día estaba más enganchada al mundo de los Rallyes.
A partir de ese Rally Acrópolis empezó una racha imparable e impresionante que le hizo escaparse en la general y catapultarle directamente hacia el primer título de un español en el WRC, que por el entonces tan sólo tenía 17 años de vida. Carlos Sainz ganó en Nueva Zelanda y Finlandia, e hizo podio en Argentina y Australia.
Las cosas lo dejaban muy de cara para el madrileño, que aprovechó tres abandonos de Auriol y tan sólo un tercer puesto del francés en esas cuatro carreras para escaparse con mucha ventaja en la clasificación de pilotos.
Y llegó el Rally de San Remo, donde Sainz entró en el libro histórico de esta modalidad. El piloto de Toyota empezó liderando la prueba, pero se salió a mitad del rally y cedió dos posiciones con los Lancia. El italiano Massimo Biasion se distrajo al ver a Sainz aparcado al lado de la pista y se salió también, dejando la victoria en manos de Auriol y el segundo puesto para Juha Kankkunen.
Esto significó dos cosas: a Carlos Sainz le valía la tercera posición para ser campeón del mundo del WRC por primera vez, siendo el primero y hasta hoy único en lograr esa hazaña, que popularizó de forma espectacular el mundo de los rallyes en toda la Península. No obstante, la mala regularidad de su equipo durante la temporada le hizo perder el campeonato de constructores en esa misma prueba italiana, quedando Lancia como campeón por delante de Toyota.
Ese 1990 catapultó a Carlos Sainz como uno de los grandes pilotos que han pasado por este Mundial de Rallyes. El madrileño fue subcampeón el año siguiente al perder por tan sólo siete puntos el Mundial en beneficio de Kankkunen. Pero eso tan sólo fue el principio de una gran rivalidad, que se repitió en el 92 a favor de Sainz, que fue cuando obtuvo su segundo y último título.
No obstante, el madrileño empezó a acumular muy mala suerte en sus temporadas. En 1993 tuvo una mala temporada al pasarse al equipo rival, Lancia, pero a partir de 1994 empezó una buena etapa con Subaru sin final feliz, ya que perdió los dos campeonatos que disputó con este equipo por muy poca distancia: en 1994 Auriol se vengó de la victoria de Sainz en 1990, mientras que el año siguiente Collin McRae ganó en Gran Bretaña para superar por solo cinco puntos al madrileño, pese a que este ganara más rallyes que nunca.
Sus últimos diez años en el WRC siguieron con esa tónica, con mala suerte en las temporadas en general, logrando el subcampeonato de 1998 en su vuelta a Toyota, y obteniendo cinco veces la tercera posición de la general. Por el contrario a esta situación, Carlos Sainz aumentó su historia en esta categoría, sumando hasta su retirada en el Rally de Grecia de 2005 un total de 26 victorias, 97 podios y más de mil puntos acumulados.
Carlos Sainz se había convertido en el piloto con más victorias de la historia, hasta ser superado por Marcus Gronholm en 2007 y más tarde por Sébastien Loeb y Sébastien Ogier. También fue el que más podios había pisado hasta que llegara la supremacía de Loeb con Citroën. Además, para concluir este repaso estadístico de la gran carrera deportiva de Sainz, mantiene el récord de más rallyes disputados en sus 19 temporadas con 196. Veremos si ahora el mítico madrileño puede seguir ampliando su gran palmares con una última gran victoria en los próximos Dakar.