En las últimas citas se han producido serios daños en algunos monoplazas a causa de diversos accidentes. Esto conllevará un coste de reparación que, teniendo en cuenta la entrada del techo presupuestario y el cambio de normativa, puede ser crucial para el desarrollo del monoplaza de 2022.

De acuerdo con la nueva regulación financiera, existe un techo presupuestario de 147.5 dólares, haciendo pequeñas excepciones. Red Bull es el equipo que ha salido peor parado de las carreras de Silverstone y Hungría. La reparación del primer accidente se estima de unos 1.8 millones de dólares.

Además, el nuevo accidente sufrido en Hungría ha hecho aumentar el gasto en reparaciones. Tras la prueba, Christian Horner, indicó que “es muy frustrante. Creo que cuando tienes un incidente que no es culpa tuya estamos pagando el precio por eso, y es algo que no está presupuestado.”

Este nuevo techo presupuestario está propiciando que los equipos tiendan a reparar los pequeños daños que surjan antes de cambiar la pieza entera, como sucedió con Lewis Hamilton en Silverstone, cuyos mecánicos repararon el sensor del alerón delantero antes de cambiarlo al completo.

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Las reparaciones se han vuelto muy costosas en Fórmula 1. El motivo es la sofisticación de los monoplazas, que incorporan muchas piezas, únicas en casi todos los casos, y cuya elaboración supuso un elevado coste.

En concreto, la zona de los bargeboards se ha convertido en una parte clave del monoplaza para hacer funcionar todo el conjunto aerodinámico, contando con numerosos elementos que, habitualmente, son los primeros en romperse en un accidente dado su pequeño tamaño.

Red Bull quiere ‘saltarse’ el techo presupuestario.

Por otro lado, la normativa permite superar el techo presupuestario en un 5% en casos de fuerza mayor. Ahí es donde tratará de luchar Red Bull alegando que, como indica Horner, los accidentes graves que han sufrido son causas de fuerza mayor. No superar el techo presupuestario, implicaría, quizás, no tener piezas suficientes para reparar y poder competir en futuras carreras dado que el resto del presupuesto ya estaba empleado en otros ámbitos.

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Un argumento que podría no aceptar la FIA, obligando al equipo a reajustar su presupuesto y, en consecuencia, perdiendo oportunidades de desarrollo del monoplaza de 2022.

Ese 5% extra de presupuesto puede rondar los 6.5 millones de dólares, que variará en función de las carreras al sprint, que deberán aumentar el techo dado el aumento de gastos, y de la totalidad de pruebas que se disputen en 2021, algunas en duda por las restricciones alrededor del mundo.

En definitiva, los equipos han comenzado a pensar en el bolsillo antes de gastar por gastar. Si se puede reparar, se repara y no se cambia la pieza. Y si el coste de esas reparaciones es muy alto, se trata de convencer a la FIA para extraerlo del techo presupuestario, para que no afecte al monoplaza de 2022. Una nueva batalla que se libra, esta vez, en los despachos.