Que el coronavirus ha agitado las bases de la sociedad actual es un hecho, incluso hasta el punto de tener que replantearnos el propio modelo en que vivimos y que producimos. Esta sacudida social y macroeconómica ha afectado en gran medida a los deportes, primero con los ERTES y ahora con los ERE.

LA AUTOMOCIÓN Y SU FULGURANTE CAÍDA, EJE DE LAS PÉRDIDAS

El día de hoy hemos visto como McLaren ha anunciado que prescindirá de 70 puestos de trabajo en su unidad de F1, así como unos cuantos más en la sección automotive, reflejo cristalino de que el sector automovilístico ha sufrido un varapalo sin precedentes, necesitando realizar planes de emergencia para sufragar los paros productivos y el hundimiento de ventas.

Pese a que la noticia llega desde el Reino Unido, un dato a nivel nacional que puede ilustrar el devenir de la situación es la información que facilitaba recientemente el Ministerio de Indústria, el cual tasaba en un 97% la caída de ventas de automóviles en España con respecto a estas alturas del ejercicio 2019.

Algo que, extrapolado a aquellas grandes compañías que constan de divisiones en el motorsport, especialmente en F1, contribuye un mazazo a las partidas presupuestarias dedicadas a los sectores fuera de la venta de turismos.

LA F1 COMO SISTEMA DE MARKETING MUNDIAL

Y es que debemos recordar que la F1 es una herramienta de magnitudes y costes espaciales utilizada para el marketing, en la mayoría de casos para impulsar la venta de vehículos de calle o explorar nuevas tecnologías que puedan acabar siendo útiles en los turismos del día a día.  Algo que esta crisis ha provocado es, que los antiguos ingresos de marketing se deban recortar a corto plazo, ya que la imagen suele ser la primera partida en caer de cualquier plan contable.

La F1 no es invulnerable, aunque la situación de los últimos años había blindado su posición, esta crisis de talla mundial ha dejado entrever las carencias de un sistema encarecido y desproporcional que ha llevado los presupuestos anuales a cifras fuera de órbita. Los avances aerodinámicos unidos a unos motores dotados de tecnología compleja y costosa han llevado a la F1 a sumir costes insospechados.

Ahora la pregunta es: McLaren ha dado el primer paso pero, ¿será el último equipo en reducir plantilla, costes o instalaciones? No lo creo.