El quinto puesto de Qatar, nefasto en otras épocas, hoy es un triunfo para un Márquez que lucha por volver a su plenitud.

Hay muchos titulares para elegir del fin de semana inaugural de Moto GP en Catar. Sin duda, la victoria de Bastianini, el buen ritmo de Pol, el desastre de Yamaha, las mejoras en Suzuki… de todo ese variopinto elenco me voy a quedar con una: Marc Márquez ha bajado del Olimpo y camina entre mortales… de momento.

El regreso del piloto de Cervera de las lesiones se puede definir como un tortuoso camino, pero en ningún caso errático, ya que cada paso dado por el varias veces campeón del mundo siempre ha tenido el objetivo de volver al 100%, aunque eso pase por un periodo de renacimiento deportivo. Las mejoras en la HRC parecen funcionales, y así se ha visto traducido en una montura dotada de más agarre y que permite tirar mucho más fuerte en los sectores revirados, algo que el año pasado acababa en caída la mayoría de veces.

En una categoría cada vez más apretada y competitiva, quizás no volvamos a ver el aplastante dominio de Márquez, algo complicado con tantas marcas y talentos en disposición real de luchar por el título, pero seguramente este año sí veremos al #93 en la terna de los pilotos con opciones de llevarse la corona.

Todo este complicado proceso ha sido en vista a poder recuperar, dentro del límite físico, el mejor nivel posible con el que volver a “dar guerra”. Sea lo que sea, y contando que la larga temporada 2022 acaba de empezar, sería absurdo dar por muerto a un Márquez que, tiene motivación y físico para llegar donde él quiera.

Veremos cómo se desarrolla el de Cervera en Mandalika, un circuito interesante pero que parece ser algo complicado para adelantar. Primará mucho la gestión de neumáticos y el buen hacer de los pilotos…