Brasil, cuna de samba, capoeira, caipirinha y Fórmula 1. El país del ‘ordem e progresso’ es uno de los máximos exponentes en cuanto a pilotos en la máxima categoría mundia del automovilismo. La F1 ha acogido a 28 pilotos brasileños en sus 68 años de vida. Algunos fueron los mejores de la história de este deportes, otros pasaron sin pena ni gloria.

Chico Landi

Con el éxito de Juan Manuel Fangio en los primeros compases de una Fórmula 1 prematura, el gran circo decidió probar suerte de nuevo dando entrada al primer brasileño en la élite del automovilismo, Francisco Landi. ‘Chico’ provenía de una familia de clase media que llegó a correr en la F1 tras ser mecánico de coches. Como un gran número de niños en Brasil, ‘Chico’ dejó la escuela con 11 años para trabajar en un taller. Landi empezó a frecuentar las carreras callejeras al más puro estilo ‘Fast and Furious’ y se llevó más de un encontronazo con la policia.

Tras hacerse un nombre en el ‘underground’ brasileño, Landi entró al campeonato brasileño y luego a la Fórmula 1 donde disputó seis carreras en cinco años. Debutó en 1951 en el GP de Italia y se retiró a las primeras de cambio. Acabó su carrera en la F1 en 1956 siendo piloto de Maserati junto a Gerino Gerini. El brasileño sumó 1.5 puntos tras ser 4º en un GP de Argentina que ganó Fangio y Luigi Musso. Landi cruzó la línea de meta a 6 vueltas de los líderes.

Fue una corta, pero bonita historia la que tuvo Francisco Landi con la Fórmula 1 siendo el primer piloto brasileño en la historia de la élite del automovilismo.

Tras dos experimentos fallidos en la Fórmula 1, el país de la samba dejó de contar para la mayor competición de automovilismo del mundo. No sería hasta la década de los 70 que Europa volvía a sentir el nombre de pilotos brasileños.

Emerson Fittipaldi

Aquí empezaba la primera de las dos décadas doradas del automovilismo brasileño. Emerson Fittipaldi era el primero que ponía el pie en el viejo continente para quedarse. Hijo del reconocido periodista Wilson Fittipaldi, ‘Emmo’ empezó a correr en motos y en lanchas. Lo suyo era la velocidad y para ello viajó en 1969 a Gran Bretaña donde disputaría y ganaría la British F3. En 1970 dio el paso a la F2 donde compró el pase a Lotus. El equipo de Colin Chapman confió en el brasileño para disputar las últimas siete carreras. En su estreno en Silverstone, Emerson cruzó la línea de meta octavo, una vuelta por detrás de su compañero Graham Hill.

Con el motor Ford reinando en la F1, Fittipaldi dio la sorpresa en el antiguo trazado de Hockenheimring acabando la carrera en cuarta posición en la misma vuelta que el líder Jochen Rindt. Fittipaldi sumaba sus primeros tres puntos en el gran circo.

Austria esperaba impaciente el resurgir del niño prodigio, pero no sería hasta Estados Unidos que lograría su primera victoria. ‘Emmo’ se hacía con el oro en Watkins Glen y superaba a Pedro Rodríguez por 36 segundos.

Emerson Fittipaldi dejaba de ser la futura estrella a un piloto consolidado, sobretodo con su primer mundial en 1972. A mandos del Lotus 72, ‘Emmo’ se convertía en el piloto más joven de la historia de la F1 en ganar un mundial. Con 61 puntos, el brasileño superaba a grandes nombres como Jackie Stewart, Denny Hulme y Jacky Ickx.

1973 también fue un buen año para Fittipaldi, se hizo con el subcampeonato con 55 puntos. El brasileño comenzó muy bien el mundial ganando en Argentina, Brasil y España, pero tres abandonos en Francia, Gran Bretaña y Holanda le dejaba sin opciones al campeonato.

Con los mismos puntos que en el 73 y con tres victorias en el bolsillo, Fittipaldi volvía a ganar en mundial en 1974 a mandos del McLaren M23. La lucha fue mucho más dura que las demás temporadas. Fittipaldi se jugó el campeonato con Clay Regazzoni que acabaría segundo a tres puntos del brasileño.

 

Ese sería el segundo y último mundial de Fittipaldi que tan solo sumaría un segundo subcampeonato en 1975.

Nelson Piquet

Con Emerson Fittipaldi de capa caída, Brasil volvía a ilusionarse con un joven y temperamental Nelson Piquet que, ‘a posteriori’, quedaría a la sombra de Ayrton Senna.

No obstante, Nelson Piquet era una de las jóvenes promesas que Brasil había creado para mantener el legado de ‘Emmo’. El joven Nelson nació en Río de Janeiro en una familia de dinero, era hijo de un ministro del gobierno brasileño.

En sus inicios, el piloto usaba el nombre de ‘Piket’ para no tener relación con sus origenes y que no le catalogaran como ‘hijo de’. No necesitaba ser hijo de nadie importante para destacar en las competiciones y es que en 1978 demostraba que tenía un gran potencial ganando la British F3.

La necesidad de tener un brasileño en F1 le daba la oportunidad de dar el salto ese mismo año al equipo Ensign donde correría el Gran Premio de Gran Bretaña. Piquet abandonaba esa carrera, al igual que en Austria y Holanda donde corrió con el equipo BS Fabrications. En Italia acabaría noveno siendo su mejor resultado de la temporada.

Los dueños tuvieron la paciencia suficiente para ver que con el equipo Brabham, Piquet ganaría su primera carrera en F1 en el año 1980. Esa misma temporada, el brasileño también se haría con la victoria en Zandvoort e Ímola y ganaría el subcampeonato por detrás de Allan Jones.

Nelson Piquet driver of the #6 Canon Williams Honda Williams FW11 celebrates by spraying champagne after winning the Brazilian Grand Prix on 23 March 1986 at the Jacarepagu· circuit near Rio de Janeiro, Brazil. (Photo by Michael King/Getty Images)

En 1981 volvería la fiesta nacional en Río de Janeiro después de que Piquet sumara tres victorias y se hiciera con su primer mundial de F1. Brasil volvía a bailar samba al son de los motores de los monoplazas.

Tras un nefasto 1982, Piquet volvía a ganar el campeonato en 1983 con una espectacular lucha con Alain Prost. El francés se quedó a dos puntos del brasileño que se hacía con su segunda corona mundial. Era el heroe del pueblo y el más odiado por la prensa.

Eso le hizo perder muchos numeros frente a un debutante Ayrton Senna que llegaba a la Fórmula 1 en 1984 con un casco amarillo y una senzillez que enamoraba al país brasileño. Nelson Piquet volvería a hacerse con un mundial en 1987 con Williams, pero todo el mundo se lamentaba que no fuese Senna el campeón de esa corona.

Ayrton Senna

El piloto más laureado, querido, aplaudido y glorificado de la Fórmula 1. El piloto brasileño nacía en Sâo Paulo en 1960. Hijo de Milton y Neyde, Ayrton era el segundo de dos hermanos más.

Ayrton era un niño muy inquieto que sorprendió a todos cuando su padre le regaló por primera vez un kart hecho con un motor de una picadora de caña de azucar. Tenía un talento nato para pilotar, por lo que con 13 años daba el salto a competiciones de karting.

El joven Senna destacaba en todo vehiculo de cuatro ruedas y se fue a Inglaterra para comenzar su andadura en monoplazas. Primero fue la Fórmula Ford 1600 y luego daría el salto a la British F3 donde ganaría el campeonato frente a un Martin Brundle que le pondría las cosas difíciles.

Ayrton también destacaba en el Gran Premio de Macao y eso llamó la atención de muchos equipos de la Fórmula 1. Toleman fue el equipo que acabó llevándose a la perla brasileña. Senna empezó la temporada con un abandono, pero justificaría su fichaje con una carrera memorable en Mónaco donde acabó segundo bajo un aguacero que obligó a detener el GP a la mitad. Alain Prost ganaba, pero sabía que con unas vueltas más, Senna se hubiera hecho con la victoria.

El piloto de Toleman se subiría al tercer cajón del podio en Brands Hatch y Estoril. 13 puntos en su primera temporada que quedarían pequeños tras la primera victoria del brasileño en 1985. Senna ganó en Portugal con el equipo Lotus su primera carrera de la categoría y lo volvería a repetir en Spa. Las dos victorias le alzaban a la cuarta plaza del campeonato.

Los realmente buenos resultados no llegarían hasta 1988 cuando McLaren apostaba por él y se haría con su primer mundial de F1. Tras comenzar el campeonato con una descalificación en Brasil, Senna empezaría a brillar ganando ocho de las 16 carreras del campeonato. 90 puntos que le hacían heroe nacional en su Sao Paulo natal.

1989 sería la temporada de la regularidad de Alain Prost. ‘El profesor’ solo se retiró tres veces y salió del podio en dos ocasiones. En cambio, Senna ganó seis carreras, pero no puntuó en nueve ocasiones, por lo que cedió el trono a un francés que daría mucha guerra.

De vuelta a la época dorada de Woking, Ayrton Senna lograba dos nuevos campeonatos en 1990 y 1991. El primero con el momento destacado del accidente con Prost en la primera curva del GP de Japón. El brasileño le devolvió la jugada al francés un año después. Una rivalidad que traspasaba fronteras y disciplinas. Prost vs Senna. El calculador francés frente la pasión brasileña.

El de 1991 fue el último que conseguiría con el momento estelar de su primera victoria en Interlagos. Ayrton Senna lograba su primer triunfo en el GP de Brasil con un monoplaza que no bajaba de la sexta marcha. El brasileño, exhausto por el esfuerzo físico, tenía que ser asistido para salir del monoplaza. Un día memorable para Senna.


Tras ese mundial, un nuevo piloto llegaría a la élite. Michael Schumacher despuntaba y empezaba a demostrar un cambio generacional en el automovilismo. 1993 fue el último subcampeonato de ‘O rei’ antes de morir en el GP de San Marino en la curva de Tamburello a lomos de un Williams el 1 de mayo de 1994.

Desde entonces, han pasado varios pilotos brasileños por la F1, entre ellos Felipe Massa. Él ha sido el que más cerca ha estado de devolver Brasil a los libros de historia de la F1, pero desde la muerte de Senna, nada ha vuelto a ser lo mismo.