La llegada de los alerones a la F1 no se produjo hasta finales de los 60. Antes, nadie había pensado en la utilidad de crear carga aerodinámica, algo que hoy es fundamental. Poco a poco la aerodinámica ha adquirido más valor, hasta el punto de que cada pequeña pieza puede hacer perder un valioso tiempo por vuelta.

El downforce o carga aerodinámica es el concepto principal en torno al que gira la aerodinámica en F1. El hecho de que el coche circule ‘a través’ del viento implica que está sujeto a fuerzas aerodinámicas y, al igual que un avión se eleva para volar, un F1 intenta pegarse más al suelo generando carga aerodinámica.

Cuanto más downforce se crea, más superficie del neumático estará en contacto con el asfalto y más grip tendrá. Sin embargo, esto implica que hay más peso que mover, por la fuerza que el aire ejerce hacia abajo, lo que nos lleva a buscar el equilibrio

Tener un buen nivel de carga aerodinámica es especialmente importante en curvas de baja velocidad. En ellas es donde se pierde más tiempo por vuelta, por lo que si eres capaz de ser más rápido en ellas obtendrás mayor ventaja.

El equilibrio entre downforce y drag.

Por otro lado, el drag consiste en la resistencia que se debe superar para que el coche ‘atraviese’ el aire. Se puede decir que es una consecuencia natural del downforce. En F1 cobra especial relevancia el drag inducido por la carga aerodinámica, pues cuando el monoplaza atraviesa el aire cambia su dirección y su presión.

Es más, solo los 4 neumáticos de un F1 generan más drag que todo un coche de calle, por sus dimensiones y por estar expuestos al aire. Se puede considerar que el aire está chocando contra un muro de goma, que gira en la dirección contraria a la del aire.

Los equipos buscan la mayor eficiencia aerodinámica posible buscando el equilibrio entre downforce y drag, un equilibrio que varía dependiendo del trazado del circuito donde se compite.

Estos objetivos de eficiencia no solo existen a nivel de aerodinámica. La unidad de potencia o la refrigeración deben cumplir ciertos parámetros para garantizar el correcto funcionamiento de todo el monoplaza en conjunto.

Las consecuencias de un choque en carrera.

Perder una pieza aerodinámica durante una carrera, por un choque o contacto, implica perder parte del balance del monoplaza. Si la pieza es de pequeñas dimensiones puede que el rendimiento apenas se vea afectado.

Sin embargo, si el elemento se desprende de una parte delicada del monoplaza, como puede ser la zona anterior al neumático trasero del fondo plano, no solo habrá diferencias en el tiempo por vuelta, sino que el piloto sentirá el coche más inestable.

La zona más delicada de cara a la aerodinámica es el alerón delantero, la primera parte que ‘choca’ con el aire y comienza a distribuir los flujos a través del monoplaza.

En términos de tiempo, la rotura del fondo plano o del alerón delantero se pueden traducir en una pérdida de 4 décimas por vuelta.