El ex piloto de MotoGP, Héctor Barberá, y el que hasta este fin de semana era su equipo en el Campeonato del Mundo de Supersport (WSSP), el Team Toth, se acusan mutuamente de la desaparición de su moto este fin de semana en el paddock de Motorland.

Tras dejar definitivamente el mundial de MotoGP al final de la temporada 2017, Barberá tuvo una difícil temporada en 2018. Empezó corriendo en Moto2 con Pons Racing, pero el contrato se canceló después de que Barberá diera positivo en un control de alcoholemia. Tras las cinco primeras carreras, Se incorporó al equipo Kawasaki Puccetti Racing de Supersport para acabar la temporada.

Puntuó en las cuatro carreras en las que participó y acabó el campeonato 17º con 27 puntos. Estas buenas actuaciones le aseguraron un contrato para 2019 con el Team Toth, que le prometió poner a su disposición una Yamaha YFZ-R6 competitiva para luchar por el título. Sin embargo, cuando ni siquiera había arrancado la temporada, ya empezaron los problemas.

El piloto español montó corrió en Australia y en Tailandia con un motor viejo y, según ha explicado el mecánico Oriol Vidal solo tenían un puñado de piezas de repuesto. Las condiciones eran muy deficientes pero aún así pudo terminar cuarto y séptimo, respectivamente, para llegar a Aragón en cuarta posición de la clasificación.

Barberá participó en la sesión de clasificación del sábado sin aparentes dificultades y marcó el 12º mejor tiempo. Parecía preparado para dar guerra el domingo ante su público, pero antes de empezar saltó la noticia de que su Yamaha R6 había sido robada en el garaje y que la policía estaba investigando. Barberá se quedaba sin poder participar en la carrera ante la decepción del público en las gradas de Motorland.

En ese momento, el valenciano hacía público un comunicado en Instagram explicando la situación del equipo. Según él, no tenía más remedio que renunciar a disputar la carrera y posiblemente del campeonato por motivos de seguridad, ya que usaba un material demasiado viejo por culpa de los continuos problemas financieros.

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Hasta aquí hemos llegado. Por mi seguridad y por la seguridad de los demás pilotos hoy no podré salir a la carrera, no tenemos medios. y lo que empezó como un sueño acaba como una pesadilla. Los problemas de impagos y de cumplimiento del acuerdo entre el que tenía que ser nuestro patrocinador principal y el equipo hacen que esta aventura en SSP termine hoy, en casa, en una carrera que me hacía especial ilusión, sin que ni siquiera pueda correr la carrera. Empezamos este proyecto con mucha ilusión, estrenando todo el material en Australia y sin entrenar, con una moto prácticamente de calle y aún así, con lo mínimo imprescindible en la parte técnica conseguimos acabar cuartos. Después de esa carrera comenzaron los problemas financieros y eso hizo que tuviese que disputar la carrera de Tailandia sin apenas recambio y con un motor con demasiados kilómetros. Aquí la situación es la misma, pero ya no podemos estirar más lo que tenemos, y por responsabilidad no debo ni salir a pista. Estoy cuarto del campeonato, y creo que con un material normal podría haber sido muy competitivo y haber cumplido mi objetivo para este año, que sobre todo era disfrutar y volver a sentirme piloto. También el equipo tenía esa ilusión, desde el dueño hasta el último mecánico. Me da mucha rabia, porque me siento muy bien y estoy trabajando como nunca. Pero no me voy a rendir y voy a seguir entrenando para estar preparado por si surge alguna posibilidad de seguir con lo que más quiero, que es pilotar. Siento mucha rabia e impotencia, en la tercera carrera con estos medios y después de estar CUARTOS en la clasificación general, no nos queda otra que aceptar esta situación y seguir peleando como he hecho en estos años. Lo siento en el alma por todo el mundo que ha venido a ver las carreras y no podré estar en pista, por todos mis seguidores, y por toda la gente que siempre me está apoyando.

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En su comunicado, Barberá no hizo ninguna referencia a la moto que había desaparecido del paddock la noche anterior y el director del equipo, Imre Toth, tenía otra versión: “No hay problema con el motor, se pueden hacer 2.100 kilómetros y el que teníamos llevaba 1.350. En el contrato que firmamos con Héctor pone que corre gratis, que no le tengo que pagar, así que no se dónde están los problemas económicos. Yo he hecho mi trabajo, he hablado con la policía y espero que encuentren la moto. Después, buscaré otro piloto”, declaró.