La Fórmula 1 baja el telón en Abu Dhabi, sin grandes momentos y con casi toda la parrilla pensando en las vacaciones. Abu Dhabi no es un gran circuito, le falta mística y sin un campeonato que resolver, ya nos tiene acostumbrados a carreras grises y sin sustancia. El esfuerzo en presentar un escenario espectacular lleno de lujo y glamour, se queda corto si al final sobre la pista no hay acción.

El sábado ya nos quitó uno de los puntos de interés del fin de semana. Para que hubiera lucha por la 2ª plaza del campeonato de constructores, hacía falta que Mercedes tuviera opciones de victoria, para así estar en posición de restar los 19 puntos de margen que tenía Ferrari. Una vez ambos Mercedes quedaron por detrás de los Ferrari y los Red Bull, solo una hecatombe Ferrarista concedía alguna alternativa.

La batalla que si que se libró fue la de la segunda posición del campeonato de pilotos, pero se disputó a distancia, con estrategias diferentes y no llegó a haber una pelea directa. Leclerc ganó la batalla a Sergio Pérez con una estrategia a una parada que le dió una carrera sin tráfico. El mejicano, por su parte, optó por la estrategia a 2 paradas, más rápida sobre el papel, pero que se encontró con tráfico debido a realizar las paradas a la vez que la mayoría de competidores. Eso fue lo que condenó al de Red Bull, que perdió el tiempo justo para no llegar a amenazar al de Ferrari.

Lo que parecía inmune a una carrera aburrida era el homenaje final a Sebastian Vettel. Pero de nuevo, el resultado final fue mucho menos brillante de lo previsto. El homenaje consistía en una escolta de honor de Hamilton y Alonso, sus dos grandes rivales, para completar su última carrera en la Fórmula 1. Pero ni Alonso ni Hamilton pudieron acabar la carrera así que se quedó en unos donuts en la recta de meta y una entrevista tras la de los integrantes del podio.

Durante todo el fin de semana, en Abu Dhabi se respiraba un ambiente de vista al futuro que dejó muy poco brillo al presente.