El director técnico de Mclaren, Tim Goss, asegura que trabajan para poder proporcionar a Alonso y Vandoorne un monoplaza con amplias opciones.
Muchos de los focos de atención de esta nueva temporada 2018 se centran en el rendimiento de los Mclaren. La escudería de Woking, tras el cambio del motor Honda al motor Renault, es una de las grandes apuestas para volver a la parte alta de la clasificación.
Desde la escudería no sólo trabajan en adaptar el nuevo motor, sino que quieren hacer un coche completo, con el que los pilotos se sientan cómodos y puedan sacarle todo el potencial escondido. Así lo afirmaba el director técnico de Mclaren, Tim Goss, quien destacó la faena de desarrollo del equipo en 2017: “Inicialmente no estuvimos preocupados sobre qué nivel de rendimiento íbamos a poner en el coche, lo que queríamos es entender la física del coche y tratar de sacar lo mejor de la aerodinámica, la altura, las suspensiones…solo cuando hicimos eso y estuvimos contento con los comportamientos aerodinámicos, empezamos a trabajar en el rendimiento”, afirmaba Goss sobre el monoplaza del año pasado.
Aerodinámicamente, el Mclaren del pasado año recibió buenas críticas. Un chasis mermado por el motor Honda, que no pudo lucir más que en carreras propicias como Hungría o Singapur. De cara a 2018 y con el motor Renault como propulsor, el coche que quiere fabricar Mclaren, y como bien apunta Goss, es un monoplaza con un gran abanico de opciones: “Gran parte de producir un coche de F1 genial actualmente es darle al piloto un monoplaza que pueda exprimir. Estamos tratando de hacer algo que funcione muy bien en un amplio abanico de circunstancias”, afirmaba el director técnico de carrera.
Goss aseguró que muchos momentos de la temporada pasada fueron muy “frustrantes” por culpa de la potencia del motor Honda: “En lugar de poner parches para tratar de lidiar con el hecho de que teníamos un motor sin potencia, lo que realmente queríamos hacer era desarrollar el mejor coche y asumir que el motor ya llegaría. Ese periodo fue enormemente frustrante porque sabíamos que teníamos rendimiento en el coche, pero no podíamos defendernos”, comentaba Goss.
Con la llegada del motor Renault, Mclaren vuelve a tener la opción de brillar con el monoplaza que diseñen. La responsabilidad vuelve a estar en su tejado.