El pasado fin de semana se disputó el GP de Japón y, como bien sabréis, a causa de la diferencia horaria en España la carrera se celebraba a las 7 de la mañana. La pregunta que me hago yo es… ¿valía la pena levantarse tan pronto para verla? Las respuestas pueden ser muchas. Es obvio que para mí siempre vale la pena ver una carrera de F1 en directo, pero sí es cierto que no lo hago con tantas ganas como en temporadas pasadas.
Como viene siendo costumbre este año, la salida marcó el que sería el desarrollo de la carrera. Y es que durante esta temporada en las salidas siempre ha pasado algo que le ha dado un poco de interés al GP. El de Japón no fue una excepción. Lewis Hamilton volvía a quedarse prácticamente parado en la salida, hecho que le relegaba hasta la 8ª posición. A partir de ese momento su carrera no fue otra cosa que intentar remontar y minimizar al máximo la pérdida de puntos respecto a su compañero. Nico Rosberg no lo desaprovechó y ganó la carrera sin ninguna dificultad aparente. El alemán cosecha ya una ventaja de 33 puntos frente al británico, a falta de 4 carreras. Muchos fans opina que no habrá sorpresas y que Nico se llevará el mundial. Yo soy de los que están a la expectativa, ya que recuerdo bien esa falta de aguantar la presión que ha caracterizado a Rosberg des de 2014.
El que siguió al líder del mundial fue el votado piloto del día, Max Verstappen. El holandés fue el segundo en beneficiarse de la mala salida de Hamilton, ya que se colocó segundo y ya nadie le movió de allí. Ni siquiera el mismo Lewis Hamilton, quien intentó pasarle de todas las formas posibles durante las últimas ocho vueltas. Puede que esa fuera la mejor parte de la carrera. Dos verdaderos pilotos luchando a muerte por la posición sin trampas, sin quejas, sin lloriqueos… Esa es la F1 que quiero. Antes de enfrentarse a Verstappen, el británico venía de deshacerse de los Force India, de los Ferrari y de Ricciardo, ya fuese en pista o en el pit-lane. De esta manera, Hamilton salvó los muebles subiendo al escalón más pequeño del podio y solo perdió 10 puntos respecto a Nico.
Lejos del podio llegaron Sebastian Vettel, Kimi Raikkonen y Daniel Ricciardo. Los Ferrari volvieron a rodar en tierra de nadie. Aunque en esta carrera lucharon con Daniel Ricciardo, quien de vez en cuando tiene una de esas malas carreras en las que no parece ser él.
A otro mundo llegaron los Force India, con Sergio Pérez séptimo y Nico Hulkenberg octavo. El mexicano es uno de esos pilotos que, según mi opinión, marca la diferencia. Porque a pesar de estar muy lejos de poder competir con los tres mejores coches, siempre consigue meterse entre ellos. Y en el circuito de Suzuka lo volvió a hacer colocándose tercero en la salida.
En el siguiente planeta llegaron los Williams. Y cuando hablo de mundos y de planetas no exagero. Los Williams terminaron a 40 segundos de los Force India. Y estos, a su vez, finalizaron a más de 20 segundos del sexto clasificado. Tanto Felipe Massa, quien terminó noveno, como Valteri Bottas, quien terminó décimo, admiten que no tenían coche para más en la carrera, y que su rival por la cuarta plaza de constructores, Force India, les ganó claramente durante el GP. Además, yo creo que suerte tuvieron de no verse superados por el Haas de Romain Grosjean, quien se quedó a menos de un segundo de entrar en la zona de puntos.
En estos cuatro grandes premios que faltan hay muchas cosas por ver: el ganador final del mundial 2016, la probable mejora del McLaren-Honda, la lucha entre equipos como Ferrari y Red Bull o Force India y Williams… Espero que sean carreras emocionantes en las que los adelantamientos y el espectáculo sean los principales protagonistas.