En la Tribuna de hoy me gustaría ser sincero y emocional: Charles Leclerc se merece ser campeón del mundo… y además lo vale.
Siempre hablamos de que en cada generación surgen una serie de talentos, escasos en cuanto número e inmensos en cuanto a talento. Sería un insulto a la lógica obviar a Verstappen, portador de la corona, tricampeón y dominador de la categoría, aunque su periplo victorioso está sin duda aupado por una máquina imbatible.
Charles, el monegasco en rebeldía
Ferrari es símbolo de pasión, lucha y también de talento. Su historia, intrínsecamente ligada a la F1- lugar en la que ha sido baluarte y buque insignia de la misma- ha sido siempre sinónimo de grandes campeones y de leyendas eternas. El caso de Michael Schumacher sin duda es el más reciente, siendo el alemán quien logró reconducir a la Scuderia hacia la senda del triunfo, creando un binomio imparable.
Desde sus magníficas clasificaciones hasta una impecable lectura de carrera, los años que llevo viendo a Leclerc siempre me han dado a entender que no era un piloto más. No podría ser el componente B de ningún equipo ni seguramente su talento sería aprovechado en tal empresa. La pérdida de su padre y de Jules, han forjado a un espléndido guerrero, ansioso por devolver la gloria a Maranello.
2024: una nueva oportunidad
Si bien es cierto que la temporada empezó con tintes de una anunciada dominación de Red Bull, el devenir de las últimas carreras ha abierto la puerta la esperanza: ‘Mad Max’ no es imbatible. La primera de Norris en Miami y la victoria de Leclerc en Mónaco abren un nuevo panorama en la F1, la cual se presta necesitada con urgencia a nuevas batallas y vencedores.
Tras analizarlo desde que echase a correr su periplo en F1, allá por 2018… siempre he vislumbrado en Charles tintes claros de futuro campeón, y qué mejor escenario que el rojo para conquistar la gloria. Con su innegable talento y con una Scuderia que parece haber encontrado la senda de la estabilidad, no parece quimera alguna pensar en Leclerc como contendiente al título esta temporada…