En Fórmula 1, lo de reinventarse es algo a lo que los equipos están acostumbrados. Una vez más, en este caso por la actual pandemia, se han buscado la vida para seguir trabajando con la máxima eficiencia y cumplir plazos en el diseño del nuevo monoplaza.
En una entrevista que recoge la web oficial de Mclaren, Piers Thynne, director de producción de Mclaren F1, ha explicado a qué retos se han enfrentado durante estos meses de invierno.
El momento más difícil del año.
Cuando para la actividad en pista es el momento en el que “realmente te ganas tu sueldo. Enero y febrero es la época más difícil del año.”
Durante estos meses el equipo de producción y diseño encuentra ciertos desafíos, algo habitual en F1. Es más, reconoce que “si no tienes ningún problema, probablemente no estés siendo lo suficientemente agresivo. Si todo es fácil y sencillo significa que no estás sacando el máximo rendimiento porque no estás superando tus límites.”
El verdadero desafío al que se enfrenta todo equipo de F1 en estos meses de invierno no es la producción del coche, sino cómo evolucionar a partir de esa base actualizándolo lo más rápido posible.
Además de buscar tus límites, otra clave es “no gastar tiempo y recursos en nada que no sea necesario. Si se fabrican demasiadas piezas de la especificación inicial, se habrá desperdiciado una capacidad que podría haberse utilizado para producir una actualización sobre esa especificación.”
Mclaren es el único que ha pasado por las pruebas de impacto de la FIA
Piers ha remarcado que Mclaren ha sido el único equipo que ha tenido que pasar las pruebas de impacto de la FIA, pues el resto de rivales ha decidido mantener el chasis de 2020. “Nosotros no tuvimos este lujo debido a los cambios realizados en el chasis para acomodar el cambio a la unidad de potencia de Mercedes.”
La realización de esta prueba fue diferente debido al Covid-19. Aunque el chasis se homologó en diciembre como de costumbre, la FIA no estuvo físicamente en la prueba de impacto. En cambio, se configuraron cámaras y siguieron todo el proceso con señal en directo.
Construir un monoplaza en tiempos de Covid-19.
“El virus ha tenido una gran influencia en lo que hemos hecho en los últimos meses y en cómo lo hemos hecho,” indica Piers. “La cantidad de trabajo telemático ha aumentado enormemente y en el Centro de Tecnología de Mclaren se han realizado turnos, burbujas que evitan perder a todo el equipo de producción en caso de un brote.”
El edificio se ha dividido en zonas y se insiste a todos a no ir a otras zonas. Además, cuando las piezas necesitan ir de un lugar a otro, se colocan en áreas de espera designadas desde donde se pueden recoger, nunca tenemos un intercambio de persona a persona.
La conciliación laboral y el sentimiento de equipo.
Trabajar juntos en un entorno virtual también trae desafíos. No es lo mismo que estar en la misma sala que alguien y por eso es importante fomentar el compromiso y la participación de todos en cada reunión virtual. Y eso significa encender las cámaras.
Sobre este tema, Piers se muestra comprensivo: “¿A quien le importa si todavía estas en pijama o si te has peinado? Lo que importa es que todos los miembros del equipo sean reales, y con eso me refiero a ser honestos y abiertos.”
Además, añade que, “si necesitas abrir la puerta para recibir algo, no pasa nada. Si la educación en casa está resultando una pesadilla y no puede completar un trabajo hasta tarde, tampoco pasa nada. Esa es la realidad de la vida en este momento y las personas deben sentirse cómodas diciendo con qué están lidiando y cómo podría afectar a su trabajo”
Así, Mclaren apuesta por favorecer siempre la conciliación laboral en esta situación de pandemia, insistiendo en que “tener ese nivel de apertura es la forma de mantenernos unidos cuando la interacción física no es posible.”