La F1 introdujo en 2014 unos motores híbridos de costes elevados que ha supuesto el adiós de Honda y la no llegada de nuevos motoristas. Con la vía eléctrica cerrada debido a la Fórmula E, la categoría se centrará ahora en la reducción de costes y la investigación del combustible ecológico, limpio y de alta tecnología.
En 2014, la Fórmula 1 inició una nueva era en su historia, introduciendo los motores híbridos. Con ello se adaptaron a los nuevos tiempos, acercándose a la realidad de las marcas de coches de calle y ofreciendo una imagen más ecológica, más verde.
La hibridación en coches de calle es algo que está a la orden del día, siendo una de las opciones más elegidas por los fabricantes a la hora de motorizar sus vehículos. Sin embargo, la Fórmula 1 apostó por unas unidades de potencia demasiado complejas, que elevaron los costes hasta niveles nunca vistos antes.
Los costes elevados impiden la entrada de nuevos motoristas.
La categoría se ha encarecido, perjudicando la igualdad entre equipos y la llegada de nuevos motoristas o escuderías que podrían estar interesados en los motores híbridos. Todo ello ha mermado la importancia que las grandes marcas le dan a la Fórmula 1. La última prueba es la marcha de Honda, que ha realizado una enorme inversión sin apenas éxito.
El destino de muchas marcas que no llegan al Gran Circo es la Fórmula E, que ha recibido con los brazos abiertos a Porsche y Mercedes y cuenta con grandes fabricantes como DS, Nissan y Audi entre otros.
Pero no solo las marcas automovilísticas evitan a la Fórmula 1, también algunas empresas se marchan. El mejor ejemplo es el de la aseguradora Allianz, que prefirió apostar por la categoría eléctrica desde 2017.
Por aquel entonces, Jean-Marc Pailhol, jefe de Gestión de Mercados y Distribución de Allianz, comentó: “Creemos que ahora es el momento de participar en el desarrollo de nuevos ecosistemas que definan el futuro de la movilidad urbana de una manera sostenible.”
Lo cierto es que la Fórmula E le ha ganado la partida en lo que a electrificación del automóvil se refiere. Era la vía ideal para la Fórmula 1, que podía soñar con una competición 100% eléctrica en el futuro, pero ahora esa opción se ha disipado.
Cambio de planes: apostar por el combustible ecológico y mantener los motores híbridos.
Con esa vía descartada, la Fórmula 1 ha decidido apostar por el combustible limpio y de alta tecnología. El cambio de reglamento de 2022 mantendrá los motores híbridos que se introdujeron en 2014 y se espera que este concepto se mantenga en la F1 durante mucho tiempo.
Sin embargo, no siempre se tuvo la misma idea. Cuando se comenzó el borrador de la nueva normativa que iba a entrar en vigor en 2021 se trabajó para eliminar el MGUH, simplificar las unidades de potencia y así abaratar costes. Los motoristas se negaron, pues ya conocen cómo funciona esta tecnología híbrida y han desarrollado unas unidades de potencia fiables y con alto rendimiento tras unos años de incertidumbre.
De esta forma, con la nueva reglamentación no cambiarán las bases ni la estructura, solo se limitarán las posibilidades de evolución y de recursos a emplear en investigación y desarrollo.
Además, la F1 ha firmado un acuerdo de patrocinio con Aramco, empresa petrolera saudí, con el objetivo de trabajar en el combustible limpio y de alta tecnología.
Tras anunciarse el acuerdo, el presidente y director general de Aramco, Amin H. Nasser, aseguró que el papel de la petrolera será encontrar soluciones “que cambien las reglas de juego para conseguir motores de mejor rendimiento y una energía más limpia”.
https://twitter.com/MissionH24/status/1307294062974840833
De esta forma, la Fórmula 1 vuelve a avanzar con un rumbo claro: mantener los motores híbridos apostando por un combustible menos contaminante. Así se mantiene la apuesta que hicieron en 2014 y se espera a la llegada de los coches propulsados por hidrógeno, que comienzan a ser una realidad como demostró el Mission H24.