Scott Dixon y Josef Newgarden ganaron cada una de las carreras en el óvalo de Gateway, pero el nombre más brillante del fin de semana fue el de Patricio O’Ward.
Tras la mítica celebración de las 500 millas de Indianapolis el pasado fin de semana, donde Takuma Sato fue coronado por segunda vez en la legendaria prueba, el IndyCar no se tomaba ningún descanso y se dirigía directamente al óvalo de Gateway para celebrar una doble prueba en el también celebre Bommarito 500. Tras una jornada de clasificación con poles de Will Power para la primera carrera, y del propio Sato para la segunda, el fin de semana se presumía más que interesante.
La primera ronda, celebrada el sábado por la noche, dio comienzo con un accidente que involucró hasta más de seis pilotos, sin haber cumplido a penas una vuelta. Con todos los pilotos a salvo, Zach Veach, Marco Andretti, Ed Carpenter y Alexander Rossi quedaron fuera de carrera mientras que Simon Pagenaud y Oliver Askew, ligeramente involucrados, pudieron seguir con daños en sus monoplazas. Por su parte, Alex Palou que también estuvo de por medio en el incidente fue penalizado por una de las acciones que desencadenó el múltiple choque.
Con la carrera relanzada de una vez por todas, Patricio O’Ward, que salía segundo, tomó el liderato de la prueba tras una decaída de ritmo de Power que dejó al mexicano liderando por delante de un gigante Dixon. La prueba siguió su curso en este orden hasta que hubo un período de bandera amarilla, y por lo tanto de Pace Car, tras un ligero reguero de agua que no fue suficiente para parar la prueba. Con 50 giros para el final, y con el Pace Car fuera de pista, Dixon ganó la batalla a O’Ward en la última tanda de Pit Stop tras una maniobra brillante del equipo de Chip Ganassi.
Sato que estaba realizando una gran remontada, decidió a ir a una estrategia de una parada menos, y su parada fue más tardía que la de los dos líderes, lo cual le permitió salir justo detrás de ellos encarando las últimas 25 vueltas. Con una maniobra que rozó lo extremadamente peligroso, pero al límite del reglamento, el japonés dio cuenta de un exhausto O’Ward que tuvo que conformarse con una buena tercera posición, y su segundo podio en IndyCar. Finalmente Sato no pudo cazar a un Dixon que se llevó su cuarta victoria del año.
Tras una apasionante primera carrera, la segunda, también celebrada el domingo por la noche, veía a Sato salir desde la pole, que una vez dado el banderazo de salida estaría seguido de cerca por Newgarden, Power, el propio O’Ward y Colton Herta. Unas vueltas más tarde, se sumó a la fiesta Rinus VeeKay, el mejor rookie de la temporada sin duda, que venía remontando desde la decimoctava posición. Sato, que de nuevo optó por una parada más tardía tuvo un problema en box que le relegó a la séptima posición dejando el liderato en manos del dúo dinámico de Penske, muy seguido de cerca por el mexicano de moda.
En los compases finales de carrera, en una prueba sin ninguna bandera amarilla (muy raro en el IndyCar, y más en óvalos), O’Ward salió por delante de Power en la última tanda de paradas, dejando al mexicano a la caza de Newgarden, en algunas vueltas estuvo a punto de dar cuenta del bicampeón, pero la experiencia primó y el piloto de Arrow McLaren tuvo que conformarse una vez más con un podio, esta vez en el segundo cajón, rozando esa primera victoria que se sigue resistiendo. Por su parte, VeeKay terminó cuarto en otra actuación estelar del joven holandés.
Por su parte, Dixon terminó la segunda manga en quinta posición asegurando un buen saco de puntos que le hace aún más líder en el que parece que será el año de su sexto título siendo el piloto del IndyCar más laureado en cuanto a campeonatos. El astro neozelandés cuenta ahora con 416 puntos, seguido por Newgarden con 320 puntos y por O’Ward con 297. Por otro lado, nuestro representado español, Alex Palou milita en decimosexta posición con 160 puntos.