La segunda parte del webinar ofrecido por Campos Racing junto a Florid Universitaria nos lleva al mundo de la Fórmula E. Alberto Blanco nos detalla las claves para ganar una carrera de una categoría que sigue creciendo.

El nacimiento de la Fórmula E propició una nueva forma de ver la competición. Desde sus orígenes se ha caracterizado por utilizar íntegramente energía eléctrica para propulsar sus monoplazas, consiguiendo aumentar el rendimiento de manera exponencial en sus cuatro años de vida.

Los peculiares orígenes de la Fórmula E.

la duración de las baterías no era suficiente para cubrir una distancia de carrera lo que obligaba a cambiar de coche. Esto implicaba hacer cosas que no se habían hecho hasta el momento.

Mientras que un pit stop en Fórmula 1 ronda los 3 segundos, en Fórmula E se definió un tiempo mínimo de parada en boxes para garantizar la seguridad de los pilotos al cambiar de coche. Así, se conseguía ventaja si cruzabas la línea de pit lane calcando el tiempo mínimo.

Esto conllevaba un riesgo. Si salías del box antes de tiempo podías recibir una penalización. Para evitarlo se implementaron cronómetros en los boxes de cada equipo que indicaban el momento justo para salir del box.

Al cabo de unos años, se omitió el tiempo mínimo obligando a los equipos a reinventarse. El método más incómodo pero eficaz fue hacer el cambio de monopalza con el volante ya colocado. En total, el pit stop duraba alrededor de seis segundos.

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Cambio de monoplaza durante un pit stop de Fórmula E. Copyright: alfistas.com

Las curiosidades del campeonato.

  1. Desde el comienzo, se ha limitado la cantidad de personal por equipo en el circuito, lo que obliga a optimizar el trabajo de cada uno de los empleados.
  2. Al tratarse de circuitos urbanos, muchas zonas pueden variar de un año para otro: radio de una curva, tipo de asfalto… Todo ello implica tener un gran nivel de adaptación.
  3. Durante la carrera un equipo debe tratar de conocer la estrategia de los rivales y optimizar el rendimiento del su monoplaza para conseguir el mejor resultado. Sin embargo, en los inicios no existían herramientas de simulación adecuadas ya que era todo nuevo, se tuvieron que crear para conocer cómo utilizar la energía.
  4. El volante, como Alberto explica, consta de 6 levas, 5 rotatorios, 10 botones y 16 leds. Todo ello se utiliza para manejar la información del monoplaza.
  5. Las baterías se calientan. Cuando esto sucede, llega un punto en el que no se puede cargar más. Si no se gestiona bien, se puede perder rendimiento al final de carrera.

Pese a la sofisticación de la categoría, hay cuatro puntos clave que todo equipo debe cumplir si quiere ganar una carrera:

1. Ser eficiente

En cuatro años, la Fórmula E ha conseguido multiplicar la energía de sus monoplazas y ahora se utiliza el equivalente a cinco kilogramos de combustible para completar la distancia de una carrera. Este hecho traslada una duda rápidamente al aficionado ¿No serían muy lentos los coches? La respuesta es clara, no, y hay varios motivos que sustentan este hecho.

La filosofía en Fórmula E es diferente. Se hacen carreras, sí, pero el objetivo primero no es hacerlas a fondo. De hecho se ha conseguido que, ahorrando una gran cantidad de energía (alrededor del 35%), solo se sacrifica un 3.5% de tiempo por vuelta. Si se sacrifica mucha más energía, el tiempo de vuelta también empeora de forma significativa. Es por ello que el piloto aquí es clave, teniendo el objetivo de conducir lo más eficiente posible.

2. Gestionar bien cualquier situación

Piloto y equipo deben saber leer la carrera en todo momento. En ocasiones será preferible perder una posición ya que el rival empleará en su maniobra más energía. Esa energía que consuma le puede hacer falta al final de la prueba, lo que puede aprovechar el piloto para recuperar la posición si su gestión durante el resto de la carrera fue óptima.

El sistema que se utiliza en Fórmula E permite recuperar energía en las frenadas que ahora consta de más pasos que antaño: dejar el coche correr, frenado del monoplaza por parte del motor y frenado por parte del piloto pisando el pedal.

En cuanto al software de estrategia, sector en el que trabaja Alberto, sirve para tomar las decisiones correctas durante la carrera, algo que Alberto explicó detalladamente en la entrevista que nos concedió.

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A la izquierda, el primer monoplaza de Fórmula E, a la derecha, la segunda generación o Gen2. Copyright: Brembo

3. Tener capacidad de adaptación

La generación 2 de Fórmula E ha traído numerosos cambios. La batería ha pasado de 28 a 52 Kw. Se añadió el attack mode, una variable más que ayuda a los pilotos a ganar posición pero a riesgo de perderla.

La duración de carrera es otra novedad. Ahora la distancia del evento es de 45 minutos más una vuelta completa. Esto supone desconocer el número de vueltas que se darán. Entonces, ¿cómo se decide la energía a utilizar en cada vuelta? Lo primero es cambiar la forma de pensar, saber reaccionar a circunstancias que puedan aparecer y tratar de predecir lo que va a pasar.

Por último, por cada minuto en que la carrera está neutralizada con Safety Car (coche de seguridad), se resta 1 Kw al monoplaza, reajustando la energía disponible a la ‘nueva’ duración de la carrera.

4. Predecir el futuro

El último punto para ganar una carrera es predecir el futuro. La idea es que el sistema, con los datos del pasado, prediga lo que puede pasar. Así se generan diferentes carreras, siendo capaz de simular millones por segundo. Con ellas se sacan conclusiones y se obtiene la probabilidad de que algo ocurra o no.

Todas las claves son muy diferentes a lo que se puede esperar de una categoría de motor convencional, pero la Fórmula E es muy diferente a todo lo conocido. Innova cada día y los equipos están ahí para entender esas innovaciones y estar a la altura con un objetivo claro: adaptarse o morir.