La carrera de Alonso ha sido exitosa, se trata sin duda del mejor piloto de Fórmula 1 de la historia de España y su nombre va a ser una referencia obligada para hablar de la Fórmula 1 de principios del s. XXI. En cuanto a pilotaje puro se refiere, Alonso ha sido uno de los mejores, siempre a la altura de sus rivales, pero eso no es lo único que necesita un piloto para ganar, el trabajo fuera del coche es vital para pasar de ganador de carreras a campeón y de campeón a leyenda.

Entremos en detalles, los 2 mundiales con Renault, el Renault R25, aunque no era superior en velocidad al Mclaren, si lo era en fiabilidad, y durante la primera mitad de la temporada consiguieron suficiente ventaja para aguantar en la segunda, cuando Mclaren consiguió mejorar en ese aspecto. Alonso consiguió 5 victorias en las primeras 10 carreras, mientras que solo fueron 2 en las últimas 9. Algo parecido sucedió en el segundo campeonato, una sola victoria en la segunda mitad del campeonato, con una remontada de Michael Schumacher que amenazó el segundo mundial del español.

Aquí se empieza a entrever el patrón de las temporadas de Alonso, Se puede observar una tendencia a hacer mejores resultados en la primera mitad de la temporada que en la segunda. Sabemos que si algo tiene Alonso es talento al volante, por lo que las miradas se desvían al monoplaza. Eso ha provocado que las críticas se hayan dirigido al equipo, absolviendo al piloto de cualquier responsabilidad. Eso es una reacción atractiva cuando se trata de defender al ídolo, pero no sirve para hacer un análisis de la situación.

La carrera de 17años en la Fórmula 1 de Alonso da suficientes elementos en todas las situaciones posibles. Así que si tanto en Renault y Mclaren en sus dos etapas y Ferrari se da esa situación de la bajada de rendimiento en la segunda mitad de la temporada. La razón de esto es la falta de comunicación con el equipo por parte del español, que le hace perder capacidad a la evolución del vehículo en comparación con sus rivales que comunican mejor para ayudar en la evolución del monoplaza durante la temporada. De esta manera, a lo largo de una temporada, los rivales progresan más que él porque son mejores transmitiendo la información a su equipo, permitiendo que las evoluciones sean más eficaces.

Otra forma de ver esta falta de comunicación del asturiano es también una de las pruebas que exhiben los más fanáticos para exhibir una gran conspiración que dependiendo de quien la defienda involucra hasta la misma FIA para evitar que el español gane.

Esta prueba la superioridad que ha exhibido con sus compañeros de equipo. Es evidente que siendo un piloto de su calidad lo más normal es que le gane la partida a su compañero, y no tendría que ser algo negativo dentro de unos parámetros normales. En el caso de Alonso, las diferencias con sus compañeros han sido abismales en muchas ocasiones, llegando a ser perjudiciales para el equipo. Lo normal sería que Alonso ayudara a sus compañeros a mejorar, algo que no ha logrado debido a esta falta de comunicación.

Como conclusión a este artículo debo reiterar que hablamos sin duda del mejor piloto español de Fórmula 1 de la historia y se trata de un campeón en toda regla, pero para ser una leyenda hay pequeños detalles que deben alinearse. Él ha sido constantemente capaz de sacar más de su coche, pero no de sacar algo más de su equipo.