El campeón del mundo de F1 de 2016, Nico Rosberg, ha dejado caer todo un paquete de elogios para el debutante en la máxima categoría Charles Leclerc. El expiloto de Mercedes ha asegurado que el monegasco «es especial».

«Charles tiene potencial para ganar el Campeonato algún día. Los pilotos especiales, aun cuando no tienen un buen coche, hacen lo que sea para traer la magia a la pista», dijo el alemán.

«Y esto es lo que está haciendo ahora Charles. Una o dos carreras en las que ves lo que hace y piensas: OK, este es especial», añadió.

Otros pilotos como Lewis Hamilton y Sebastian Vettel también elogiaron al piloto de Sauber. Concretamente, el británico aseguró que «podía hacer grandes cosas en F1» y el alemán comentó que es el futuro piloto de Ferrari.

«Es increíble que estos pilotos hablen de mí de esta forma, diciendo cosas positivas. Realmente es una locura. En general, siempre es especial sentir cosas positivas», explicó Leclerc cuando fue preguntado por los elogios de los campeones.

Pero por otro lado, el monegasco aseguró que «trato de no escuchar mucho estas cosas, ya que aún tengo mucho por mejorar y por eso debo centrarme en hacer mi trabajo. Cuando estoy fuera del coche siento un gran respeto por ellos y es un honor sentir estos elogios. Pero cuando estoy dentro del coche con el casco puesto no pienso en nada más. Todo desaparece y los pilotos que veo son solo pilotos», contó.

El jefe de equipo de Sauber, Frederic Vasseur, ha querido evitar poner tantas expectativas en Leclerc esta temporada: «Está haciendo una buena arrancada de temporada, pero es muy difícil comparar este 2018 con 2007 [año en el que debutaron Vettel y Hamilton en F1].

«És está muy concentrado en las próximas carreras y no piensa en el futuro, cosa que es muy buena», ha añadido.

Charles Leclerc tuvo que retirarse del GP de Mónaco después que sus frenos fallaran, hecho que arrastró al piloto de Toro Rosso Brendon Hartley tambuén hacia el abandono. El monegasco es 14º en el mundial con nueve puntos después de lograr un 6º puesto en Bakú y un 10º en Barcelona.