En los últimos meses, Renault ha tomado una serie de decisiones que van poniendo sobre la mesa, como y para que quieren competir cuando se produzca el cambio de reglamento que, a partir de 2022 pretende hacer de la Formula 1 un campeonato más imprevisible. Muchas escuderías están tratando de utilizar este cambio para arrebatarle la corona a Mercedes, Renault es una de ellas.

El fichaje de Alonso

Tras la marcha de Sainz de McLaren a Ferrari, la principal apuesta de Renault, Daniel Ricciardo, ocupó la plaza del español en Woking, obligando a Renault a replantear su alineación y, con eso, marcar también sus objetivos de cara al futuro. Pudiendo apostar por pilotos con una trayectoria sólida en la clase media, pero todavía con bastante futuro como podrían ser Nico Hülkenberg, que ya estuvo en el equipo, o «Checo» Pérez, para dar con ellos el salto a disputar carreras, tomaron la decisión de ir a por Fernando Alonso.

El fichaje del asturiano manda varios mensajes a lo que quiere hacer Renault en el futuro. Primero, que no se trata de un proyecto a medio plazo, que Renault quiere llegar a 2022 y ganar carreras des de el primer día. Alonso, que en 2022 cumplirá 41 años, no se puede plantear un objetivo de competir por victorias que no sea a corto plazo, más habiendo tenido la mala experiencia de McLaren. Este es otro mensaje que manda Renault, y es que Alonso ha sido muy claro al expresar que no quería volver a la F1 si no era para competir por victorias, así que Renault ha tenido que mostrarle que van en serio.

Por último, Alonso y Renault tienen a un primer rival en mente, Honda, quien para la marca francesa es el primer objetivo, el motorista que les ha adelantado los 2 últimos años, y con Ferrari en la lona, el rival previo (Red Bull) a mirar a los ojos a Mercedes. Para Alonso, la relación con Honda en McLaren se deterioró gravemente cuando la marca japonesa no cumplía con lo prometido y el asturiano aireaba en público su decepción con la unidad de potencia, desde entonces, Honda siempre se ha acordado del asturiano cuando en los últimos años han logrado dar ese paso hacia adelante.

Cambio de imagen

A partir del año que viene, Renault va a cambiar su imagen y su denominación, para pasar a llamarse Alpine F1, reflotando así el nombre de una submarca de Renault que ya diseño monoplazas en los años 60 y 70, aunque nunca compitieron. Un cambio de imagen no da ninguna décima, pero de nuevo, manda mensajes. A nivel interno, es un soplo de aire fresco, es dejar atrás el pasado para hacer algo completamente nuevo. Hacia fuera, la elección de Alpine (pudiendo haber dado más protagonismo a Renault Sport) implica, como ya se está viendo en las primeras ideas de posibles diseños del monoplaza, recuperar ese color azul de los buenos años, diciendo a los aficionados algo así como «saca del armario la camiseta y la gorra de 2006 y la bandera de asturias, hemos vuelto», que sin duda va a significar un aumento de la «fanbase» de Renault.

La incógnita

Como ya se encarga de demostrar cada fin de semana de carrera Max Verstappen, con un coche tan rápido como el Red Bull no basta para poner nerviosos a los Mercedes, ni siquiera con un piloto que puede sacarle al coche lo que no tiene, como es Verstappen y como es Alonso. Así que lo que le queda a Renault para llegar a 2022 es conseguir un monoplaza realmente excepcional, que ponga a Alonso lo suficientemente cerca de los Mercedes como para que el asturiano pueda añadir su plus y competir cara a cara con ellos.

La competencia será increíble, por lo que Renault tendrá que ser capaz de ofrecer a sus pilotos un monoplaza a la altura del objetivo, algo que es mucho más fácil de decir que de hacer. Además habrá que tener en cuenta el hándicap de tener a un piloto como Alonso en el equipo cuando se junta con un piloto joven como es Ocon, el efecto que puede tener en la moral del segundo piloto el hecho de quedarse constantemente tan lejos del primero, yendo en el mismo coche. Ya le pasó a Alonso con Vandoorne en McLaren, en la parrilla actual, de nuevo aparece la comparación con Verstappen, al que vemos vapulear a Albon cada carrera y más abajo, Russell con Latifi o incluso con las tornas cambiadas, con Leclerc y Vettel. Es algo que hay que saber cuidar dentro del garage, porque al final el objetivo es que el equipo sume el máximo de puntos.

2022 será una temporada salvaje en todos los sentidos, a parte de Renault, una multitud de equipos han puesto en esa temporada todas sus esperanzas. Red Bull quiere dar con Honda el salto definitivo para darle a Verstappen un coche para ganar, Ferrari quiere evitar a toda costa que su sequía se extienda más allá de 2022, Racing Point, que con su alianza con Aston Martin van a tratar de iniciar una nueva fase con Vettel a los mandos, McLaren que al igual que Renault quiere volver a sentarse en la mesa de los grandes, eso sin olvidar a equipos más modestos como Williams, Alfa Romeo y Haas que van a tratar de dar un salto hacia adelante. Todos los equipos van a tratar de borrar a Mercedes y su aplastante dominio del mapa, pero es que además, Mercedes no va a abandonar su trono tan fácilmente.