Esta temporada, con seis ganadores distintos está demostrando ser bastante dura y difícil. El nuevo héroe finlandés sólo tardó cuatro carreras para subir a lo más alto del podio, limitándose a ser tester en la primera mitad de año.


“Tenía la sensación antes del rallye de que Esapekka podría hacer esto. Sabía que él podría concentrarse fácilmente para este tipo de momento y estaba absolutamente seguro de que podía hacerlo”, decía su Jefe en Toyota, Tommi Mäkinen.

Ya cuando la dupla Lappi-Ferm estaba en Skoda, Makinen elogió diciendo que tenía potencial para ser campeón del mundo, sin embargo, la salida de Volkswagen del WRC lo afectó, puesto que el equipo reclutó al experimentado Jari Matti Latvala para que liderase el equipo.

Y esta victoria, con nada menos que 36 segundos de margen lo coloca ya entre los grandes de la categoría, elevando su caché hasta las nubes.

«Estaba muy nervioso antes de la última especial. Nunca antes había sentido algo así. Ni siquiera sé por qué, pero se sentía muy mal antes del tramo. Inmediatamente cuando tomé la salida, lo tuve bajo control”.

Latvala, su compañero de equipo y compatriota lo elogió, y declaró estar orgulloso de la generación de finlandeses que se está formando para el futuro en el WRC.

«Para mí, el futuro de los pilotos finlandeses se ve positivo y no tengo dudas de que algunos de estos jóvenes pilotos llegarán y será bueno para el futuro. Son muchos los años que el título pertenece a Francia, pero también creo que algún día el título volverá a Finlandia».

En cuatro rallyes, 9 scratchs y una Power Stage, demostraron que Makinen debió quizás haberlo puesto desde el principio.